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lunes, 6 de mayo de 2013

Los cuadros, los grandes "Cuenta-cuentos" de la Humanidad.

El arte puede ser decorativo, puede emocionar, puede hacernos reflexionar sobre algún aspecto de nuestra vida pero también puede ayudarnos a aprender pequeños fragmentos de la Historia.

Hoy os voy a hablar de la pintura histórica. La pintura histórica se encarga de narrar historias, tanto reales, como mitos, leyendas e incluso de la literatura.

Ejemplo:

Lazarillo de Tormes, óleo de Francisco de Goya.

Dejo aquí una historia que me gusta mucho y que está reflejada en la obra de José Moreno Carbonero, "Conversión del duque de Gandía".

Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, murió el día 1 de mayo de 1539 en Toledo. Sin embargo, su monumento funerario estaba preparado en Granada, así que hubo que trasladar a la fallecida reina hasta allí.
Francisco de Baroja era el caballerizo mayor del rey así que se encargó de encabezar la comitiva hasta llegar a Granada. Cuando llegaron, el protocolo exigía abrir el ataúd para dar fe de que los restos mortales eran entregados a los monjes que habían de enterrarlo.

Cuando Francisco vio el cuerpo descompuesto de la reina, a la que admiraba por su gran belleza, sufrió una terrible conmoción y en palabras textuales, dijo:

"Juro también no más servir a señor que se me pueda morir"

Fue así como Francisco se retiró de la vida cortesana y años más tarde ingresó en los Jesuitas.



Esta misma historia que acabo de contar se hace mucho más amena si le mostramos a los niños el cuadro mientras lo estamos contando. Además de conseguir que, seguramente, recuerden la historia mucho más tiempo, también podemos transmitirles una dosis de amor por el arte, presentándolo como un gran "Cuenta-cuentos" de la Historia de la Humanidad.


Fuente: http://www.labrujulaverde.com/2011/10/la-impresion-de-francisco-de-borja

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